Una maestra en mi vida; día del docente

Hoy la entrada de blog se la voy a dedicar a la mejor maestra que he podido tener en mi vida, ya que como todos los docentes sabréis, hoy es nuestro día, el día del maestro/a, y cómo no iba a dedicar esta entrada a esta maravillosa maestra...

Desde pequeña he tenido profesores y profesoras que no siempre me han enseñado como deberían. Decían que "vivía en mi mundo", que "tenía que ir a la vez que los demás", que "iba a mi bola", ir a clase para mí muchas veces era algo odioso, me aburría, no me interesaba nada

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¿Recuerdo algún profesor bueno en mi vida? con los dedos de las manos os digo que me sobran, y por eso esta entrada va dedicada a ella, porque se lo merece como la que más.

Ella me ha enseñado que hay que compartir con los demás, sobre todo con tu hermano.

Me ha enseñado que 2+2 son 4 y que los colores no definen las partes de un dibujo, sino que es la creatividad la que decide dónde van.

Que las escalas ascienden a la derecha y descienden a la izquierda, que la galleta que va en el primer espacio es la nota FA, que leer puede ser una aventura sin fin, y que aprender de la naturaleza en el campo puede ser mucho más productivo que con un libro.

Me enseñó la importancia de las lenguas, y el respeto a los mayores, a decir cuando estás de acuerdo en algo, y cuándo reconocer te has equivocado, a saber expresarme en público de forma elocuente y espontánea, a saber perdonar y a no tener rencor.

Que cuando te caes, y estás en lo más profundo, es cuando tienes que tomar impulso para llegar a lo más alto, que no importa la opinión de los demás sobre tí, sino lo que tu pienses de tí misma.

Que en la vida el que la sigue la consigue, y que las matemáticas son necesarias para toda la vida, aunque te gusten menos de lo que pensabas, y que la tabla de física y química, no es un imposible y se puede aprender.

También me enseñó a confiar en aquellas personas que se han ganado ese privilegio, y a apartar a aquellas que no me van a hacer bien.

Los resúmenes son un buen método para estudiar temarios densos, de esos que no hay forma que te entren ni con café a las 4 de la mañana, pero que con un buen esquema todo es posible, sobre todo con historia de España.

Que aunque la sintaxis de lengua parecía no tener sentido, era importante para traducir las frases del latín, y que aunque el mapa de coropletas fuera un arduo trabajo en geografía, para poder viajar me iba a ayudar más de lo que pensaba.

Me enseñó que hay que comer de todo, porque era importante para mi salud y crecer como mis compañeros, que los deportes no son sólo de chicos y que llevar tacones no definía el hecho de ser más o menos mujer.

Que las mujeres debemos tener ideales claros y no depender de nadie, que somos fuertes, luchadoras y exitosas.

Que la edad es sólo un número y que siempre hay que hacer lo que te llene como persona y no contentar a los demás, porque tú eres la dueña de tu propia vida.

Me ha enseñado a ser yo misma, a saber de lo que soy capaz, que todo pasa por algo, y por eso hoy le doy las gracias. Porque por ella decidí estudiar magisterio, por ella quiero enseñar y cambiar la educación en etapas tan importantes como la infancia, porque creo que todos los niños y niñas merecen recibir una educación que se base en su comprensión, en el cariño, en el respeto, la diversión, el juego y el interés real por sus situaciones y gustos.

Ser capaz de impulsarles en el mundo con alegría y con ganas de aprender, de descubrir, de crear...tal y como me enseñó ella.

Porque no sólo ha sido capaz de enseñarme áreas o asignaturas, o cosas de la vida, me ha enseñado lo que soy y puedo llegar a ser en la vida.

Gracias mamá, por ser la mejor maestra en mi vida.

Y gracias a todos esos pequeños momentos en los que algún maestro ha encendido un halo en mí para seguir adelante.

Feliz día del maestro mamá.